El dentista que te realizará el tratamiento, debe ser el responsable de explicarte en qué consiste, esto es importante para tu tranquilidad y para que sientas la seguridad que te brinda el profesional al atenderte.
Desconfía de precios excesivamente bajos. La odontología usa en general tecnologías avanzadas en los materiales, aparatos e instrumental, por lo que tienen un costo elevado. Los precios bajos pueden indicar que probablemente no se estén usando materiales adecuados en tu boca de tal modo que comprometen la duración y tu salud.
El trato al paciente debe ser amable y cercano para que te de la confianza de poner en manos del dentista tu salud bucodental.
Debe contar con medidas de higiene y esterilización básicas para no comprometer ni ocasionar problemas graves a tu salud.
El dentista debe ser el único quien diagnostique tu patología
Es importante que el responsable de tu tratamiento sea el mismo dentista que siempre te atiende. El cambio constante de profesional supone que no hay un equipo coordinado y llega a suponer incluso un fraude profesional.
Tache a la publicidad y promesas de tratamientos gratuitos, con seguridad terminarás pagando. Nadie regala su trabajo así que analiza la relación de un tratamiento con su costo sobre todo si es especializado.
Si te ofrecen tratamientos de por vida, no lo creas, ni tus propios dientes tienen esa garantía, simplemente no es posible ya que las condiciones de la boca son las que se alteran dando paso a los problemas, tú eres quien debe acudir a revisiones periódicas.